jueves, 23 de julio de 2015

Poesía, dignidad y revolución


John Holloway.
Hace poco alguien me describió como un poeta. No entiendo por qué lo dijo, porque no escribo poesía pero yo me sentía enormemente halagado, a pesar de saber que el lo entendía como un insulto, o una descalificación. Lo entendía como descalificación porque estaba diciendo que la teoría revolucionaria no se debe confundir con la poesía. La poesía es peligrosa porque tiene que ver con un mundo bello pero irreal, mientras que la teoría revolucionaria tiene que ver con el mundo real de lucha dura. En este mundo real de lucha, hay que enfrentar lo feo con lo feo, las armas con las armas, la brutalidad con la brutalidad.
No estoy de acuerdo con este argumento. Al contrario, quiero proponer que la teoría y prácticas revolucionarias tienen que ser poéticas o artísticas para ser revolucionarias, y también que el arte tiene que ser revolucionario para ser arte.
Nada más, tomo como punto de partida que todos sabemos que el capitalismo es una catástrofe para la humanidad, y que si no logramos deshacernos de él, si no logramos cambiar el mundo de forma radical, es muy posible que los humanos no vayamos a vivir muchos años. Por eso hablo de revolución.
En un dicho famoso, Adorno, dijo que después de Auschwitz ya no era posible escribir poesía. No tenemos que regresar los sesenta años a Auschwitz para entender lo que quería decir. Tenemos horrores suficientes a la mano, sobre todo en América Latina, sobre todo en el mundo de hoy (Abu Ghraib, Guantánamo).En este mundo, pensar en crear algo bello parece una falta terrible de sensibilidad, una burla casi de aquellos que en este momento están siendo torturados, brutalizados, violados, asesinados. ¿Cómo podemos escribir poesía o pintar cuadros o dar conferencias cuando sabemos lo que está pasando alrededor de nosotros?
Pero ¿entonces qué? Lo feo contra lo feo, la violencia contra la violencia, el poder contra el poder, todo eso no es ninguna revolución.
Revolución, la transformación radical del mundo no puede ser simétrica: si lo es, no hay ninguna transformación, simplemente la reproducción de lo mismo con otras caras. La asimetría es la clave del pensamiento y la práctica revolucionarios.
Si estamos luchando para crear otra cosa, entonces nuestra lucha también tiene que ser otra cosa. (...)


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