jueves, 27 de abril de 2017

A veces


La figura de un pájaro se repliega en la noche,
un motón de hormigas avanzan en caravana.
El tiempo pone razones,
y a veces pasa que llueve.
Alineo mis pensamientos mientras camino
o al menos lo intento,
un puñado de otoño irrumpe en mis zapatos
mientras la figura de una nube sopla y sopla.
Miro a una niña llorando,
en el asfalto se duplican los sonidos,
ahora le crecen gorriones en la boca,
y  las hojas danzan.
El tiempo pone mi imaginación a prueba,
los andenes del silencio se pueblan de transeúntes.
levanto la mirada, me hago camino,
pero a veces pasa esto,
y  llueve




domingo, 16 de abril de 2017

Formatos


Hay un silencio entre tu olvido y el mío
un horizonte rasgado
por donde brota la ausencia
como una luna quebrada
me levanto del suelo...
abrigo mis inviernos
pero una y otra vez
caigo en las bocas de la noche,en sus ojeras
Como si el tiempo fuera un animal hambriento
Como si el olvido fuera un animal hambriento
¿Que sensaciones se amontonan en mis dedos
para que las pronuncie?
¿Con qué agotadas manos dibujaré sonrisas en la memoria?
Metáforas que me pertenecieron
La vida es esto
desnudez de los caminos
a veces un miedo frío de uñas
a veces una luz en las hendijas
como dientes mordiendo las sombras.
Los versos abren mi cabeza como una llave
vuelvo al espejo que alguna vez me vió
vuelvo a las cosas a ser lo que puedo
Un puñado de piel
unas venas que no pueden mas de tanto latido,
un niño llorando en el suelo
o agua escapándose por todas partes
con sus grifos abiertos.
Me viene a buscar la memoria
las ojeras ruedan por la escalera de la noche
extraña de mí, te pienso
niego tu nombre para quedarme en mí
en este vacío pero completa
en esta nada pero sin llanto
Entonces lo sé
El tiempo es un animal hambriento
el olvido es un animal hambriento
y te niego
Ahora esquivo escolleras
y escribo poesía de siesta y sol para los recuerdos
porque no siempre nos crecen unicornios en los dedos
Me viene a buscar la memoria
me llama entre lomos de libros y te niego
no te nombro, ni me nombro
niego las grietas de luz, los pétalos y los molinos
esculpo sonrisas
me levanto del suelo y abrigo mis inviernos
aunque el cuerpo y la mente
se llenen de incertidumbre


Mientras tu existas


Anotaciones para una infancia de Abril



Allí donde los muros se alzan ciegos
y los patios sangran sus melodías
un rumor de jilguero trae de regreso la infancia
no hay nadie,
nadie enumera los gorriones en las cornisas...
ya nadie nos extraña.
Desvelada la memoria,
el recuerdo reposa en las baldosas,
como la ausencia balanceándose en los árboles.
Desalojadas las escaleras,
ya no corren,
puntillita de hilo y seda,
piececitos fatigados
inocencia con paisaje en la mirada
y enredaderas en la boca
la sombra florecida en los rincones
la niñez florecida en la sombra
no hay nadie

nadie enumera los gorriones en las cornisas
nadie nos extraña.
Ni un triciclo o un ramito de no me olvides
pueden perderte en el recuerdo
el pensamiento ahora es huérfano
entre hamacas que ya no surcan el cielo,
jazmines ojerosos
y esta ternura de viaje gris




Anuns