sábado, 19 de octubre de 2013

Memorias

Nos quedaron descubiertos los puños
Dos leños maniatados y ese viejo sabor de barro.
Algo se derrumba en una palabra cuando se acerca al silencio
filoso, cayó el mundo en la boca de la noche, porque ellos, 
nos quitaron el nombre, para llamarnos a todos número, para imponer olvido. 

Fué el hilo de una baba ajena encarcelando la vida en una oscuridad sin rostro.

Se entumecen las manos como hielo quebradizo; y ese frio que desarma la fuerza.
 Me truncan,
 Me vendan,
Me despedazan la sangre…
¿acaso suponen que incineran los sueños, el derecho o la idea?
 Mientras ladra la memoria en otras entrañas,
vive allí como la sintesis calcada en una suela
 Errante, el deseo joven corre como relampago.
y hay nuevos sueños  como estampida
como sangre que bombea sin temores, antiguos sintemores.
Una realidad que fue amargura apretada,
 de cansadas injusticias ahora sueña,
descubre que el sabor se cruza con sus pájaros afirmativos
y murmura ante la historia de plomo y más sangre
que la memoria está caliente,

que se vive, que se lucha,
porque la heredamos los consecuentes
que ahora se ve y se oye
que ya no se calla…

aunque una lágrima no encuentre su terrón para caer aún
y aunque al vacío no le quepa la palabra final
porque nunca se abrigó de victoria
pero tampoco nunca en nuestras bocas
se dejó llamar a ese largo otoño, derrota por total.
 

Anuns