martes, 30 de junio de 2015


En las noches de mi ventanal el árbol aguarda. Esta esperando, desnudo se deja mecer, no abre su piel a los nuevos brotes, es invierno aún y lo sabe.

Te siento en mi plato de sopa barrenar contra la noche, contra las horas rumoreando al viento. Caminas palabras inagotables, nunca es de paso pisar la tierra de los caminos, disfrutar los pájaros y las profecías de colibríes que pocos conocen, menos vos.

Repaso los rostros de la manzana
veo el cóndor aún dormido 
la piedra primera hundiéndose indócil 
y un nuevo trozo de nube desnudo 
que también te sabe.

El cuerpo del amor surge sin certeza, son como dos manos que se abren, o cuatro que se enlazan en sortilegios y poemas, dos almas de alfarería dejando sueltas por fin las ganas.

Para llegar a este punto,
he quebrado algunas palabras opacas 
y soltado a tiempo remotas esperas 
he temblado la muerte de las leyendas 
y permitiéndome creer, he vuelto a soñar, 
he sentido la piel vital bajo la lluvia
y logré encender algunas caricias
He dado luz a muchas de mis sombras
y ahora vuelvo al lapicero y a danzar.


En las noches de mi ventanal el árbol aguarda. Esta esperando, desnudo se deja mecer, no abre su piel a los nuevos brotes, es invierno aún y lo sabe.


Aquí solo queremos ser humanos - Los Magueyes


Colibríes

¡Por qué soltar a mis vivos si no quiero!
Nuestros muertos son demasiado ya
no quiero cambio de fechas o relojes
Los muertos de todo, 
los muertos de lucha, de hambre, 
los muertos de sed de justicia 
Son de todos, estos muertos
inscribiendo en sus huesos
abrazados a mí,
y abrazados a nosotros 
no callan en la memoria 
ni callan en sus tumbas.
No callan.
Recuerdo a Sujey diciendo 
ellos estan en los Huitzitzilines
y estan aquí 
siempre hablarán en todas las lenguas
para que se los recuerde.
Siempre.

domingo, 28 de junio de 2015



A veces el amor es un mordisco al paraíso con forma cielo raso donde se transluce la noche. Del costado caen sobre mí, ecos de caricias como lluvia, es una tierna forma para deshacerte de las sombras que guarda el invierno. En tus brazos fuertes y cotidianos se sostienen mis tormentos, no tan grandes como alguna vez. 
Mis divagues se dejan en estas prosas nocturnas, aunque a veces se cuecen por la mañana. Y uno solo quisiera encontrarle la simpleza, las palabra justa para explicar como sostenes mi mundo; el mundo mayor entre tus pecas y sonrisas y ese arte de rima menor. 
Parpadean la lágrima, los pájaros, los floreros; los pétalos salen antes de sus semillas, nunca todo cantó así, inevitable, armonioso.
La mirada es una luz derramando complicidades, hacen ruido pero es de maderitas, de llamadores, cuando atrapan los sonidos del alma.


jueves, 25 de junio de 2015

Reparaciones

Son momentos, gestos, instantes empequeñecidos para que entren aquí. 
Crece braza manantial en el interno de uno, a veces como papel y sol, algo duele, llama, la contracara de lo que se mira, los picos añosos de edificios, la cascara plástica de lo que fuera un dulce, alcantarillas desaguando cada ciento cincuenta pasos, huellas del que pisó, pasó y se marchó, la frazada de quien no durmiera. Un pájaro tose el hollín de su cuerpo para poder trinar y uno esta ahí, así desalumbrado, impaciente trepando barreras, se desabotona las pieles de los días, se juega los ojos en temblores desatando de la boca lo invisible, cielo de pliegues bullen en remolinos que matan los vértigos para seguir

A veces el invierno es un ave por volar
una luna sollozando tazones de errantes
una noche agitando alfareros 
el invierno es un sol en crecimiento
un temblor en los ojos de quien mira
estremecido
consciente
y vivo.



"Cuando reparas en algo 
dejas de arrojarte al todo". San Juan de la Cruz

lunes, 22 de junio de 2015

Zamba para no morir



Prometo andar mas activa por aquí, gracias por esas visitas tan gratas, recuerden que hay un chat por allí para comunicarnos. Un abrazo sentipensante para todos

Reflejos



22 de Junio

Las calles de Buenos Aires se alzan al caminante. Alguien inspira, sostiene el sur en su garganta. El muchacho afina un sol, prepara la esquina, la pisa como emparejándola, mientras ella lustra el tango que esta por parir desde sus tacones. Los puntos cardinales se enlazan al nervioso paso de algunos. En las esquinas aparecen de a puñados, son nacimientos y muertes del instante. Doblando uno a uno, de a dos o tres que se atropellan. El Bar del filete porteño abre sus puertas... un bandoneón suena, pero no despierta al bonaerense, sigue su marcha de lengua gacha y silencio de cabeza sellada en quilombos de su andar. Nada viene a romper la soledad del porteño que solo mira a trasluz y vomita cerrojos y problemas. 
Habrá que rehabilitar esos ojos de suelo que tanto han viajado por las mismas calles de barrio, testigos mínimos y rutinarios, gangrena de lo cotidiano sin buscarlo. Un pibe estira la mano con un papel sin brillo ni importancia. El semáforo es un mundo de 46 segundos en rojo. Miguel Cané se afloja la corbata doscientos metros después a mundos de 55 segundos ahora. El pibe sopla y sopla su papel de barco, planta atenciones junto a otro que intenta malabares.
Pero nadie gana.

Anuns