domingo, 22 de febrero de 2015

Sobre algunos porque de la Poesía


Se escribe un poema para dejar los barcos de la vida partir. 
Para tomarse una instantánea del alma, del sentimiento impalpable que se escurre 
y la espera que nadie reconoce, agua naufragando que es. 
Se escribe un poema para que su color
cuando se rompe y sangra como fruta se vuelva jugo y no otra cosa. 
Se escribe un poema cuando el sonido de una palabra te deja su eco resonando, 
como un cuerpo ceñido que estuvo, se ata, y no se desata a la memoria ni a las ganas. 
Se escribe un poema y otro… y otro más, para usarlo de escalón, de bastón, 
de lazo, de puente, de bronca, de ironía y que se yo… 
Se escribe un poema y en cada uno, una vida o un trozo de un tiempo atravesado duerme en él. 
Se hace un poema, para desnudarse y no fracturar nada, ni a nadie… 
para los bolsillos vacíos, los llenos de nada, para los reproches 
y los trigales de noche en que caes y no puedes despertar o respirar…
y contar y descontar aquello que a veces ni se sabe, no te enteras… y es mejor así. 
Porque para protestar, para no llorar y para llorar también, se escriben poemas. 
Cuando el aire es finito, para decir, agradecer, hacer justicia, para hacer el amor 
o una tierna revolución se escribe. 

Se escribe un poema para nacer, para renacer, para no morir, 
para tatuarse el recuerdo y no morder en la rabia, 
pero también se escribe un poema para encender la luz a una ventana abandonada, 
como grito último o primero, y para encontrarse.


Se escribe un poema para no morir.

martes, 17 de febrero de 2015

Contemplaciones bajo el agua

Uno aprende con el tiempo que la superficie, aquello que suele verse o percibir; es el rasgo de otra cosa o de algo mucho más profundo. Que existe la palabra, pero mas allá de las palabras mismas, un recubrimiento cautelar impuesto a veces inconsciente o conscientemente malogra las ideas. Uno aprende, que existe un significado que las excede en portavoces y libros, que la vida es un continuo hacer y aprender, que las lecturas deberían ser más y mejores para comunicarse. Que hacer sangrar al verso no siempre esta bueno, que las maneras, que la poesía...que no hay espejos buenos ni espejos malos, sino uno mismo en su reflejo, una seguridad que a veces exige y otras tambalea y que el espejo propiamente dicho también tambalea. Los hechos de uno, los ajenos, los de paso, los objetos, las miradas, nada es caprichoso, todo está ahí para ser observado, para ser oído, pero también leído,pasibles de relecturas. "Un llamador de pájaros, por ejemplo, un pájaro de pájaros, un ruido de silencios, un silencio de música, una noche de soles, un racimo de nubes sin luna,están ahí. ¿Pero que vienen a decir? ¿Por qué los pájaros surcando en la noche y la nada están ahí?¿Ésta lluvia por ejemplo que aleja las hojas y el calor? ¿O este gris intermedio que no es enojo ni amor que viene a decir? Yo me quedo sin luna, con lluvia ya sin hojas y este gris en el semblante alborotado, me quedo prendida a la noche y a la vida para entenderme y entender. Es de madrugada, no hay gentes ni transeúntes paseando palabras, o manejando capas cómodas ni inconscientes. Por la ventana una calle y un árbol entran hacia mí y yo, que escribo palabras del pensamiento al papel, releo... estoy llena de dudas pero las expongo..

Anuns