martes, 17 de febrero de 2015

Contemplaciones bajo el agua

Uno aprende con el tiempo que la superficie, aquello que suele verse o percibir; es el rasgo de otra cosa o de algo mucho más profundo. Que existe la palabra, pero mas allá de las palabras mismas, un recubrimiento cautelar impuesto a veces inconsciente o conscientemente malogra las ideas. Uno aprende, que existe un significado que las excede en portavoces y libros, que la vida es un continuo hacer y aprender, que las lecturas deberían ser más y mejores para comunicarse. Que hacer sangrar al verso no siempre esta bueno, que las maneras, que la poesía...que no hay espejos buenos ni espejos malos, sino uno mismo en su reflejo, una seguridad que a veces exige y otras tambalea y que el espejo propiamente dicho también tambalea. Los hechos de uno, los ajenos, los de paso, los objetos, las miradas, nada es caprichoso, todo está ahí para ser observado, para ser oído, pero también leído,pasibles de relecturas. "Un llamador de pájaros, por ejemplo, un pájaro de pájaros, un ruido de silencios, un silencio de música, una noche de soles, un racimo de nubes sin luna,están ahí. ¿Pero que vienen a decir? ¿Por qué los pájaros surcando en la noche y la nada están ahí?¿Ésta lluvia por ejemplo que aleja las hojas y el calor? ¿O este gris intermedio que no es enojo ni amor que viene a decir? Yo me quedo sin luna, con lluvia ya sin hojas y este gris en el semblante alborotado, me quedo prendida a la noche y a la vida para entenderme y entender. Es de madrugada, no hay gentes ni transeúntes paseando palabras, o manejando capas cómodas ni inconscientes. Por la ventana una calle y un árbol entran hacia mí y yo, que escribo palabras del pensamiento al papel, releo... estoy llena de dudas pero las expongo..

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Anuns