domingo, 16 de abril de 2017

Anotaciones para una infancia de Abril



Allí donde los muros se alzan ciegos
y los patios sangran sus melodías
un rumor de jilguero trae de regreso la infancia
no hay nadie,
nadie enumera los gorriones en las cornisas...
ya nadie nos extraña.
Desvelada la memoria,
el recuerdo reposa en las baldosas,
como la ausencia balanceándose en los árboles.
Desalojadas las escaleras,
ya no corren,
puntillita de hilo y seda,
piececitos fatigados
inocencia con paisaje en la mirada
y enredaderas en la boca
la sombra florecida en los rincones
la niñez florecida en la sombra
no hay nadie

nadie enumera los gorriones en las cornisas
nadie nos extraña.
Ni un triciclo o un ramito de no me olvides
pueden perderte en el recuerdo
el pensamiento ahora es huérfano
entre hamacas que ya no surcan el cielo,
jazmines ojerosos
y esta ternura de viaje gris




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