domingo, 13 de enero de 2013

La mujer de amarillo

Porque aunque el tiempo pasa y las manos a veces no se salvan arañando troncos de realidad mientras la palabra quebrada sigue este extraño cultivo... me entrecaminas, me deslucidas, me limpias las dudas como manchas, y cargas estos dedos nerviosos, mis inquietos otoños inquietos. Tantas veces me conmueves, me contienes, y aún sabiendo que este mundo y su ortografía de seguro me encerrarían; me extracuidas, me tiñes las piernas de sonrisas y me sonrojo mujer

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