lunes, 10 de agosto de 2015

Estaciones


Un sonido de luz, 
un abrigo de perfume, 
un faro entre los pensamientos no se curva.
Estas palabras prendidas a los dedos, los ojos, el pecho, 
no se sueltan al papel. 
Cuentan lo que aún no se sabe ¿y porque debería saberse?
Este lugar es quien dice,
con sus canteros metidos adentro, 
las puertas, sus rejas,
las calles paseando por mis ojos. 
No estoy segura de entender los techos, 
las ventanas abiertas con sus anécdotas, 
el sol golpeando la madera,
no estoy segura.
—Mirá la pintura como la tengo.
En invierno todo parece yerba mate
salvo algún rincón.
El cuerpo no cabe en unas manos
y hace frío.

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