Yo te noche

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Yo te noche tras noche y vos apenas me días...

Yo que te poema de mil maneras,

te literaturo y te hago él amor entre paredes de metáforas.

 

Yo que te construyo él más dulce pueblo en esta locura andante

y te vida, y te lluvia, y te luna... o te amanezco,

y me vuelvo labios para tus besos, agua para tú sed, tú otra mitad

y me desarmo verbo... mientras tú me sustantivas

o lo que es peor, crees que me talentas

y me dessujeto de compañera a cosa

entre adjetivas.

¨Poesía

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Quién amamantará las ganas cuando el corazón en el borde de la boca

quiera lanzar un susurro, y en él grito incontenible, vuele su beso mariposa, mientras la paciencia se acomode en su esmoquin arrabalero y espere...
seguramente habrá otro borde, dónde una sombra deprimida en su oficio de seguir, sabiendo que nunca será protagonista, pida retiro voluntario, mientras tose dos o más impaciencias mordidas por el tiempo.
¡Ay sombra como sueñas! Una voz dirá, mientras ella, olvidando su oficio de ser sombra, mire la secuencia primera, y desee ser mariposa, refugio donde pueda guardar todo el amor del mundo y demostrar que a ella también, siendo tan sombra, tan oscura, tan otra cosa y a veces tan nada, le viaja demasiada humanidad por las venas, tal vez más que a muchos aunque la
oculte, la guardé y nunca se le escape, delatándola. Hasta hoy.
¿Dónde estás poesía? ¿Quizá Aquí? y poesía seamos todos,

 

hasta las sombras, aunque más no sea por un instante en la vida.

 

A la Imaginería

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En el umbral de este rincón

bohemio recorte bajo el autopista

abrazan fuerte, arte y poesía

dos brazos largos de paredón

 

Dictan sus tatuajes

Matadolores del Alma mía

poesia nuestra,

entre cochabamba y Constitución

 

Nuevo puente bajo el puente

Aquí en Boedo hallo su honor

nació apretado, entre cancha y puente

La Imaginería, su gente y esta voz.-

Mariposas

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Aspiró silenciosa el arrebol de su pecho ardiente

mientras una borboleta abría las ventanas de la noche.
Así se fue aferrando de mil maneras...

sus labios rompieron el hielo

y decodificaron los intersticios de un humano amor;

su lengua vagabunda dio pasos húmedos,

cediendo temblorosa pero mágica.

Sus ansias, sus ganas, se lamieron sin dios y sin diablo.

Todo volvió…

arrastrándose primero para luego desfilar.

Perfumada la voz y la originaria cama;

las ruinas que fueron, comenzaron por curarse,

y la furia inclemente se alejó.
Ahora se aterrizan,

se arremeten,

se guarecen

y se salvan.

 

Sólo por hoy atragantados en el tiempo.

Noche

La noche sostuvo en su regazo el miedo de toda la oscuridad que rodeaba nuestra luna, corrió tapando ojeras para no asustar miradas... escondió olores de promesas que nadie cumplió ni recordó. Y poco a poco fue decifrando el silencio de los secretos que en algún lugar del mundo alguien guardo...
 

Sílabas







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Las sílabas de lo que no digo, saben como entrar a tu cuerpo, lentas, táctiles, auditivas... se contonean geometricamente danzando por mis labios, allí donde preparan el salto para romper el abismo y volar de mis trazos a tu mirada.

No las esquives.
La saliva en cambio pertence a la exquisita caricia, capaz de recitar tu cuerpo entero hasta vestirlo en palabras. Desnudo.
Por eso a veces surges como árbol viceral, derramando por sus cuencos letanía sobre el telar de piel, de mí. Tú y yo, rosa y espina que lentos nacieron alguna vez del dulcisimo sueño, puente capaz de acercar y matarnos de una sola palabra como tiro, de un una sola vez.
Ahora fatiga de tanto llanto
Resquicio de Había una vez...
Melancolía apretadita
Y la suma de asperas y eternas noches...



 

 

La mujer de amarillo

Porque aunque el tiempo pasa y las manos a veces no se salvan arañando troncos de realidad mientras la palabra quebrada sigue este extraño cultivo... me entrecaminas, me deslucidas, me limpias las dudas como manchas, y cargas estos dedos nerviosos, mis inquietos otoños inquietos. Tantas veces me conmueves, me contienes, y aún sabiendo que este mundo y su ortografía de seguro me encerrarían; me extracuidas, me tiñes las piernas de sonrisas y me sonrojo mujer

Oda al Odio

Odio tener que alquitranar mis párpados para tocarte,
la media falta y la llegada tarde,
el café frío, el escalofrío y la burla inmutable.
Odio alquilarme frases desacorraladas
y festines a la carta que me inviten a volar,
odio a los que no se dan el gusto de creer un poco
y a los que no creen en nada.
Odio los sedimentos,
odio a los que irrumpen hambrientos
y sobre todo odio a mi corrector de texto,
cuando mis palabras inexistentes
deciden suicidarse por no estar.

La saliva quebrada

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El rejoj y su tic tac,

Remordedor deshilachado,

la cara de la noche,

la pena silenciosa de un mar lejano,

corroído y húmedo.

La rotura del sueño y sus grandes ojos de navaja;

la mala suerte que nunca mete la mano en su bolsillo

porque conoce la propia suerte... ni cinco pesos

y esa palabrita “nunca” como un eco periódico.

La boca que se curva pero no logra esbozar una sonrisa.

La voragine de me sirvo un café,

o tomo él peor mate,

el primero, el amargo, el caliente...

el que cuando esta en su punto, le digo adiós…

Ya casi,

me espera la sinrazon del ser,

el tráfico transeunte, humano

y el circo cotidiano de la vida...

tan calcado a veces, que da miedo.

6:00 AM.

Estoy con las letras en la cama

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Estoy con la historia cansada
la poesía enferma de muerte

con la lengua atrevida, cruzada
Estoy con las letras en la cama, sufridas

Heridas pero bizarras

Estoy con él camino en la cuerda
él cuerpo partido,

La nostalgia de clavo en tropiezo

Estoy con vos, en vos… sin mi

Pasajera de este cuerpo

Y una extraña reja mental

masticando la crudeza

Mientras este alma fracturada,

dialoga con su nada predilecto
tantas veces testigo,
voyeour amargo de un perdido placer

Porque en definitiva el miedo de la mujer a la violencia del hombre, es el espejo del miedo del hombre, a la mujer sin miedo. EDUARDO GALEANO

El Precipicio

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Feo y peligroso como él avismo
bendimaldita tentacion para sus ganas
Espesura de verse en ese grito
Cuando sus pupilas piden reto
el miedo compañero, le hace trampa.

Ella que huele a tiempo y a tango,
a Buenos Aires, a eco y a veces a llanto.
Ella, la que sabe a verso, a muerte natural,
y a memoria antigua... memoria de arrabal.

Porque cuando esa mujerprecipicio lo llama,
y lo busca sutil, ardida el alma
el deseo de atravesarle el más allá lo puede
aunque el miedo le extrangule como cuatro paredes,
vendaval rastrero, maula que le pone él cepo
y aunque no salgan palabras,
cuando el avismo llama... ella sabe, que el ira